
Enûma Elish es el poema que narra el origen del mundo y el ordenamiento del firmamento, según la visión cosmogónica de Babilonia para el siglo XII a C. Fue consignado en tablillas de arcilla, grabadas con caracteres cuneiformes y si bien, la inscripción fue hecha en la ciudad de Babilonia, las tablillas fueron halladas en las ruinas de la biblioteca de Nínive, correspondiente a una datación muy posterior.
En la lengua acadia que se hablaba en Mesopotamia durante el milenio II a C, Enûma Elish traduce aproximadamente "cuando en lo alto"; con esta formulación el primer verso introduce el poema y es el nombre por el que actualmente se hace referencia al mismo.
La inscripción fue realizada sobre siete tablillas de arcilla en las que la narración se remonta a la enunciación de un tiempo primordial, en el que solo existen un principio masculino y un principio femenino en la forma de grandes entidades-extensiones de agua, las cuales reposan en un silencio total, y confluyen eternamente en una unidad indistinta en la que nada ha sido nombrado. El atributo característico de estas entidades o principios cósmicos es el agua, con la diferencia de que a cada uno le representa un atributo diferente de esta. El agua salada es la Tiamat, quien representa el principio femenino, es decir la madre primordial; mientras que el agua dulce es característica del Apsu, quien es par opuesto de Tiamat y representa el principio masculino, el padre original. La mezcla de sus aguas engendró a los primeros dioses Lakhmu y Lakhamu, quienes a su vez, engendran y conciben a la siguiente pareja divina, Anshar y Kishar.
Lakhmu y Lakhamu fueron dos entidades muy primitivas y en consecuencia, según el Enûma Elish, eran sumamente imperfectos.
“Antes de que se hicieran grandes y fuertes
Fueron producidos Anshar y Kishar, superiores a aquellos.
Tras prolongar sus días, multiplicados sus años”. (…)
(Enuma Elish; Tablilla I; Traducción: Federico Lara Peinado)
La pareja Anshar y Kishar es superior a sus antecesores, ya que “se hicieron grandes y fuertes, y prolongaron sus días y años” para así concebir a Anu, quien a su vez será la piesdra angular de la nueva estirpe de dioses que de aquí en adelante tendrán el sumo protagonismo del poema. Ya en este punto, es posible comenzar a identificar una estructura cíclica que se desarrolla de manera progresiva hacia un perfeccionamiento finalmente logrado en Marduk, figura central del poema, héroe de los dioses y deidad a quien se dirigen las loas, en esta medida puede adivinarse el carácter laudatorio que tiene el poema, tratándose no sólo de un texto cosmogónico, y épico sino a su vez de un panegírico.
A continuación, en una cita textual de la versión digital, Gabinete de Antigüedades de la real academia de la Historia, se describe de forma general, la trama con la que da inicio el poema tras la aparición de los primeros dioses “Lakhmu y Lakhamu engendraron a otra pareja divina, Anshar y Kishar. Estos nombres significan en sumerio ‘totalidad del cielo’ y ‘totalidad de la tierra’, según P. Garelli y M. Leibovici, que eran dos aspectos del horizonte, considerado tanto masculino como femenino; como un círculo masculino que circunscribe el cielo, como un círculo femenino que circunscribe la tierra.
Anshar y Kishar engendraron en un hierogamos al dios del cielo Anu (…) A su vez, Anu engendro a Nudimmud, que es otro nombre de Enki o Ea, el dios de las aguas dulces. Nudimmud era sabio, dotado de gran fuerza, no tenía igual entre los dioses, como lo describe el Poema, era el que procreo a la humanidad. Ea y su esposa, Damkina, fueron los progenitores de Marduk. P. Garelli y M. Leibovici recuerdan que a Marduk simbolizaba esencialmente las fuerzas de renovación que se manifiestan en la primavera.
El Enûma Elish narra el enfrentamiento entre dos grupos de entidades. El más viejo, encabezado por Apsu-Tiamat y en el que se integran Mummu y otros entes divinos parientes. Este grupo incluye seres monstruosos y demoniacos. El segundo grupo está formado por dioses jóvenes y vitales, Anshar-kishar y los posteriores. La cosmogonía, tal como la presenta el Poema, es el resultado del conflicto entre ambos grupos. Las entidades ancianas, que ansiaban la tranquilidad, estaban incómodas por la actitud de los jóvenes. Estos pertubaban a Tiamat al agitarse de un lado para otro, la molestaban con su jolgorio en las moradas del cielo. Apsu no podía acallar su clamor. Sus actos eran odiosos. [-42-43-]”. Mitos de Creación en Mesopotamia, José María Blázquez Martinez. Página 4.- Antigua Historia y Arqueología de las Civilizaciones [Web]
Ante el peligro de la devastación, Ea, castiga el deseo de Apsu por permanecer en total reposo, infundiéndole el sueño y sumiéndolo en la inconsciencia, una vez que su venganza está efectuada, y erige el principio de la inteligencia como respuesta a la amenaza de la extinción; se hace con su poder y le asesina, cerrando así el ciclo de la generación de la vida y del flujo primero con la muerte, de la que no ha sido hecho ninguna mención hasta ahora. Sobre el lecho del Apsu, Ea erige su residencia y junto a Damkina engendra a Marduk.
La enunciación del conflicto causado por la conmoción de los jóvenes dioses, que desencadena la violencia de una entidad primordial, abre el escenario al desarrollo de un tema épico, el cual finalmente termina enlazando el relato original con la aparición del héroe, Marduk, quien sienta las bases para la vida.
Pero que Marduk sea el elegido, no es casual, ya que reitera la estructura de refinamiento y progresión que manifiesta el poema. Marduk es elegido por Anu, tras el fracaso de las otras deidades principales, (Ea, Enlil) para la empresa de enfrentar a una Tiamat monstruosa que se ha armado de una infinidad de criaturas que significan la muerte y el caos, en esa esencialidad de agua y vida desenfrenada Tiamat tiene la doble intención de vengar la muerte de Apsu, para así recuperar el poder que ha perdido, por medio de su nuevo consorte Kingu, quien también liderará los ejércitos de la mounstrosidad; y quién pretende usurpar el lugar de su antiguo compañero, y no bastando con eso reinaugurar todo aquello establecido por las deidades del orden y la progresión; (Los descendientes de Anu) El ejercicio original de la violencia, desencadena un ciclo de violencia y la tensión conduce a la necesidad de un héroe civilizador, necesidad que se satisface con Marduk, quien no es sólo un dios guerrero, sino un rey por naturaleza.
Puede afirmarse sin temor a equivocación, que el Enûma Elish integra en una unidad indisoluble los elementos míticos del relato de origen y los heroicos de la épica, sin contar otros aspectos más crípticos como lo son: los asuntos de la astrología, los guarismos (conjugación mágica de los números), y también los asuntos publicitarios de cierta campaña política, la cual lo vincula a la pretensión de ser, no sólo un texto, cultíco y ritual, sino también como le hemos mencionado con anterioridad, un panegírico. En este sentido, si es invaluable como fenómeno poético, debe ser comprendido también como instrumento ritual y simultáneamente como instrumento ideológico, pues, exhibe también un modelo de legitimación del poder para el pueblo babilónico. La prueba auténtica de la estirpe real y la cohesión filial, se resuelven en el cumplimiento cabal de una tarea asignada y el sentido de esta revelación se hace más claro, cuando se observa detenidamente el convulso entramado bélico, y político de la región mesopotámica, durante todo el desarrollo de sus conformaciones estatales.
El objeto de nuestra investigación será, en adelante, el pasaje correspondiente a la creación del hombre, contenido en la tablilla seis del Enûma Elish. Si bien, la totalidad del poema como unidad resulta un objeto idóneo para el análisis, su larga extensión y la complejidad que involucra el intento de exégesis total sobre un objeto extraño y distante tanto en el tiempo como en los aspectos geográfico y cultural, nos obligan a la elección de una unidad menor (pero no de menos importancia) dentro de la extensión total del poema.
Concentrados en este pasaje, extraeremos los símbolos alusivos a la creación del hombre e indagaremos su posible significado basándonos en relaciones comparativas proyectadas desde dos perspectivas distintas: el referente histórico y cultural que se ofrece tanto en los estudios de Mario Liverani, en su libro El Antiguo Oriente y los de Noha Kramer publicados en su obra La historia comienza en Sumer, como en el rastreo de otros productos artísticos y culturales del mismo grupo social; en segunda instancia, intentaremos un análisis textual acudiendo tanto a la teoría literaria propuesta por Vladimir Propp como al referente crítico que construye Claude Lévi Strauss desde el estructuralismo antropológico. La expectativa que hemos formulado, es la de que la proyección conjunta de estas perspectivas sobre el poema, arroje como resultado una sombra de su significado auténtico permitiéndonos arriesgar algunas conclusiones valorativas al respecto.
Bibliografía
Enuma Elish-poema babilónico de la creación. Federico Lara Peinado/Ed. Trotta, Madrid-1998. Isbn: 9788498790061
El Antiguo Oriente- Mario Liverani/Ed. Crítica Madrid-1991 ISBN: 84-7423-623-1
La Historia Comienza en Sumer-Noha Kramer. Ed. Orbis S.A. Barcelona Isbn:84-7530-942-9
Mitos de Creación en Mesopotamia- José maría Blázquez. Antigua Historia y Arqueología de las Civilizaciones versión digital, Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia.Web
Mito y Significado- Claude Lévi Strauss/ Ed. Alianza Madrid 1997 Isbn:9788420628974
Polémica Lévi Strauss & V. Propp/ Ed. Fundamentos Madrid 1982. ISBN 84-245-0104-7
Morfología del Cuento- Vladimir Propp/Ed. Fundamentos Madrid 1971
Las Raíces Históricas del Cuento Vladimir Propp/Ed. Fundamentos Madrid 1974.
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